Bélgica votó por amplia mayoría a favor de derogar una ley de 2003 sobre la eliminación gradual de la energía nuclear y la construcción de nueva capacidad de generación nuclear. Mientras tanto, Dinamrca aprobó un análisis del uso potencial de la energía nuclear, prohibida durante los últimos 40 años.
En el primer caso, los dos últimos reactores belgas, Doel 4 y Tihange 3, debían cerrarse en noviembre de 2025. Sin embargo, tras el inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania, el gobierno y Electrabel (la filial belga de Engie) alcanzaron un acuerdo para ampliar su funcionamiento durante otros 10 años. Ahora, el país abre la puerta a nueva capacidad nuclear, con la necesidad de establecer una estrategia a largo plazo realista y basada en hechos para la política energética belga.
Por su parte, en Dinamarca, dos tercios del Parlamento apoyaron que el país inicie un análisis sobre el posible uso de energía nuclear para mejorar su seguridad energética. Además, en esta línea se espera que el próximo año se complete un informe sobre los beneficios potenciales de las nuevas tecnologías de energía nuclear, según declaró el ministro de Clima, Energía y Servicios Públicos, Lars Aagaard.
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