Todas las energías tienen sus ventajas e inconvenientes. En el caso de las renovables es la intermitencia de la solar y eólica y los años secos en el caso de la hidráulica. En las nucleares su alta necesidad de inversión y los residuos que, aunque están gestionados adecuadamente, no dejan de ser un inconveniente.
Ambas tecnologías son complementarias y se necesitan mutuamente para producir la máxima energía eléctrica posible, respetando los parámetros del desarrollo sostenible. La nuclear garantiza el suministro ante la intermitencia que inexorablemente tiene la renovable. El resto de tecnologías como carbón y gas pueden complementar las puntas de consumo.
En el año 2015 un 56% del total de la producción eléctrica fue lograda sin emisiones de gases de efecto invernadero. A la energía nuclear le corresponde un 36%.