El uranio se encuentra en la naturaleza como U238 y tiene un isótopo en estado natural en una proporción del 0,7%, que es el uranio fisionable (U235) porque su núcleo se puede por el impacto de un neutrón con una energía determinada.
Al fisionarse (dividirse), se generan otros componentes de menor masa atómica y se produce una elevada cantidad de energía calorífica por la famosa ecuación de Albert Einstein E=MC2.
La mayoría de los reactores necesitan una concentración de U235 superior a la que existe en su estado natural, por eso es necesario someterlo a un enriquecimiento hasta alcanzar concentraciones de U235 del orden del 4% al 5% de manera que permita generar la energía térmica necesaria y convertirla en electricidad.
Existen diversas técnicas para el enriquecimiento, que puede ser por difusión o por centrifugación, que en ambos casos son procesos industriales.
El uranio de los reactores térmicos comerciales no sirve para fines bélicos donde el U235 debe encontrarse en concentraciones superiores al 90%.